El mantenimiento industrial como mejora de los costes energéticos en procesos productivos.
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El mantenimiento industrial consigue diferentes beneficios.
Uno de los beneficios más interesantes es la reducción de costes energéticos ? Una maquinaria optimizada y en buen estado consume menos que una en mal estado.
De esta forma, no solo se mejora la producción, sino que se pueden ofrecer mejores productos.
Beneficios del mantenimiento preventivo.
Una maquinaria con un mantenimiento deficiente tiene que hacer un mayor esfuerzo para funcionar.
Por ejemplo, una correa o una cadena mal ajustada obligan a la máquina a consumir más energía para operar. Si esto ocurre en diversos mecanismos, como en varios motores, acabarás por notar el gasto que provocan en las cuentas de la empresa.
Además, el deterioro de las piezas se acelerará, lo que te llevará a reponerlas con mayor frecuencia.
Ante esta realidad, conviene que realicemos un mantenimiento preventivo adecuado, el cual reduzca los gastos en la medida de lo posible.
Reducción de costes energéticos.
El primer beneficio que obtienes al realizar el mantenimiento es la reducción de costes energéticos. Una máquina que funciona bien está optimizada y adaptada a su tarea consume menos energía.
Esto garantiza que su funcionamiento será sostenible y su rentabilidad a largo plazo. Además, si estas tareas se realizan de forma preventiva, reducimos las probabilidades de una avería grave.
Por ejemplo, podemos revisar posibles fugas del sistema de aire comprimido de la fábrica, algo que se llevaría a cabo a través del mantenimiento predictivo.
Consecución de la eficiencia energética.
La sostenibilidad energética se cimienta, en buena medida, sobre la eficiencia en el uso de la energía. Esta se entiende como la relación entre la energía consumida y el volumen de mercancías producidas.
Es decir, una máquina realiza el mismo trabajo que antes, pero con un menor consumo. Aumentar esta relación es cada vez más importante, ya que el precio de la electricidad ha subido de forma dramática y lo seguirá haciendo en el futuro cercano.
Para lograr este objetivo debes prestar atención a diversos factores. Uno de ellos es la reducción de las pérdidas energéticas, las cuales se dan por causas tan diversas como un fallo en la toma de corriente o una maquinaria desactualizada.
Otro aspecto importante es el del rendimiento energético, que tenemos que potenciar para sacar el máximo provecho posible a la energía consumida. Así, se conseguirán fábricas eficientes.
Minimizar las consecuencias negativas.
Este es uno de los beneficios más importantes. La maquinaria que no recibe un mantenimiento gana en fragilidad y con el tiempo acabará por fallar, lo que generará todo tipo de consecuencias negativas.
Si es un elemento clave en el proceso de producción, este podría detenerse y provocar unas pérdidas monetarias que la empresa no puede permitirse.
Otra consecuencia negativa es el aumento de los accidentes laborales. Una máquina que no funciona de forma adecuada nos supone un peligro, ya que al fallar podría dañar a sus operarios.
Por tanto, si quieres evitar estas y otras consecuencias negativas, apuesta por un buen plan de mantenimiento.
Mejora el uso del presupuesto.
Respetar el presupuesto que ha diseñado la dirección de la empresa es crucial. Este contempla las dotaciones que tendrá cada área para realizar sus actividades.
Es fruto de una previsión y de una división efectiva de los recursos disponibles. Si se dan imprevistos, estos afectarán al propio presupuesto, el cual tendrá que incorporar aumentos de las diferentes partidas.
Un correcto mantenimiento trae estabilidad en esta sentido, ya que la maquinaria tenderá a fallar menos. Al final, las cuentas de la propia empresa agradecerán este esfuerzo extra.
Conclusiones.
En definitiva, el mantenimiento industrial contribuye a la reducción de costes energéticos y a mejorar la producción.
Conseguirás una amplia variedad de beneficios, los cuales ayudarán a mejorar la competitividad de la empresa y llevarla cada vez más lejos. Además, será más sostenible a largo plazo.
