El proceso de digitalización de la industria está trayendo consigo importantes cambios que inciden profundamente en diferentes ámbitos de la economía. La conocida como industria 4.0 o cuarta revolución industrial está en marcha. La industria del futuro será muy diferente a la que hemos conocido en el siglo XX y primeros años del XXI.
Esta transformación hace necesaria una política de gestión del cambio que implique a todos los afectados: trabajadores, empresarios, proveedores y gobiernos. La industria 4.0 no es una mera evolución tecnológica, implica un cambio radical en la forma de producir y de relacionarse con los consumidores finales.
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Estos son los principales escenarios de cambio de la industria 4.0
Automatización de los procesos de fabricación
En las fábricas 4.0, los procesos de producción están completamente automatizados. Esto implica que los trabajos serán realizados por robots, controlados por potentes ordenadores y software. Se prevé una importante reducción de trabajadores en las plantas de fabricación. El trabajo de los humanos irá más enfocado a las tareas de mantenimiento industrial que al control de las máquinas, las cuales podrán funcionar de forma prácticamente desasistida. El mantenimiento 4.0 implica contar con nuevos profesionales formados en robótica e informática que puedan mantener a punto toda esta maquinaria.
Por otro lado, es de prever otro importante cambio en la industria actual a nivel mundial. Al necesitar de menos mano de obra, es previsible que, a corto plazo, se produzca un fenómeno de relocalización industrial.
Si la mayor parte del trabajo la hacen robots, las fábricas más competitivas serán las que cuenten con mejor tecnología. El factor coste de la mano de obra tendrá un menor peso.
También trae consigo un proceso de tensiones en cuanto a la pérdida de puestos de trabajo que se producirán en determinados sectores debido a la automatización. Es de esperar que estos puestos de trabajo se generen en otros sectores económicos que aún están por eclosionar o que, incluso, aún no conocemos.
Entornos de digitalización en relaciones con el cliente.
El consumidor ya está acostumbrado a comprar online. Como hemos podido comprobar durante la pandemia, la distribución no paró gracias a que los clientes que no eran digitales empezaron a serlo.
Casi todo lo que necesitamos lo podemos recibir en casa a golpe de click. En el futuro, debido a esta revolución 4.0 se producirá un paso más allá. Es previsible que los clientes puedan interactuar directamente con los fabricantes y participar en el diseño y personalización de sus productos.
Esto puede provocar tensiones con los intermediarios y una redefinición del comercio minorista tal y cómo ahora lo conocemos.
Conectividad total.
Para que la revolución 4.0 sea una realidad, ha sido necesario un proceso de hiperconectividad. Empresas, clientes, máquinas…todos están conectados a internet. Las decisiones y las instrucciones se dan en tiempo real, y en cuestión de milisegundos se activan procesos de forma automática que antes requería de una mayor intervención de las personas. El 5G es el siguiente acelerón en este proceso de hiperconectividad.
Gestión del big data.
Todas estas interacciones que se dan en la industria 4.0 y en su digitalización, producen una enorme cantidad de datos que se gestionan y almacenan en la nube. Saber aprovechar esa información servirá para que las empresas se anticipen a las necesidades de sus clientes, o para que puedan producir productos a la medida de estos. También implica, por otro lado, un mayor peligro en cuanto al tratamiento de los datos personales y la privacidad.